La dislexia
Son varias las definiciones aportadas por distintos autores sobre el término (Asociación Internacional de Dislexia, 2002; Jiménez, 2012; Soriano, 2004). Una de las definiciones más utilizadas por la comunidad científica para definir con precisión el término es la propuesta por Lyon et al.:
Dislexia es una dificultad específica de aprendizaje cuyo origen es neurobiológico. Se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras, y por problemas de ortografía y de descodificación. Estas dificultades provienen de un déficit en el componente fonológico del lenguaje que es inesperado en relación a otras habilidades cognitivas y condiciones instruccionales dadas en el aula. Las consecuencias o efectos secundarios se reflejan en problemas de comprensión y experiencia pobre con el lenguaje impreso que impiden el desarrollo del vocabulario (Lyon et al., 2003, p. 2).
Este déficit fonológico presente en la mayoría de las definiciones, nos permitirá adentrarnos en el funcionamiento anómalo de los procesos que subyacen al trastorno a través de los modelos explicativos sobre las causas de la dislexia.
La dislexia se puede manifestar de maneras diferentes, es decir, podemos encontrar patrones lectores diferentes en niños que padecen el trastorno. Hay niños que leen muy lento, pero de forma muy precisa, y otros que leen muy rápido, pero cometiendo muchos errores. Estas diferencias a la hora de enfrentarse a la lectura, dan lugar a dos subtipos bien definidos que se manifiestan en función de la ruta lectora que está afectada. Asimismo, existen dos rutas protagonistas en el desarrollo de la lectura, los subtipos disléxicos están sujetos al funcionamiento de las rutas.